Tlahuelilpan, Minatitlán, Sonora… ¿Cuántas más AMLO para asumir responsabilidad?

La ineficacia del gobierno federal para combatir al crimen organizado, solo ha traído como consecuencia múltiples masacres de las cuales no se ha hecho responsable

Desde el 1 de diciembre, día en el que inició la administración de Andrés Manuel López Obrador, las 30 millones de personas que votaron por él tenían la esperanza de que la inseguridad y violencia iban a disminuir, pero ha sucedido todo lo contrario. 

En 11 meses que van de la “Cuarta Transformación” se han suscitado varias masacres, que, sin duda, denotan el fracaso en la estrategia de seguridad que, supuestamente, tiene este gobierno. Aunque unos sostienen que el plan es pactar con el crimen organizado para alcanzar la “pacificación” del país.

Sin embargo, se cuál sea el plan de seguridad que busque implantar el presidente López Obrador poco resultados está dando, ya que el país se sigue convirtiendo en un enorme cementerio, con masacres como la de Minatitlán, Veracruz, donde el pasado 14 de abril, 14 personas fueron baleadas, entre ellas un bebé.

La explosión de un ducto de Pemex, en Tlahuelilpan, Hidalgo, –el pasado mes de enero– después de que un grupo de huachicoleros perforo un ducto, fue el primer gran fracaso de López Obrador, en materia de seguridad, pues murieron, nada más y nada menos, que 137 personas.

Otro atentado que no se puede olvidar, fue el que ocurrió, el 9 de marzo, en Salamanca, Guanajuato, ahí un grupo armado ingresó a un bar y disparó en contra asistentes y trabajadores, situación que dejó un saldo de 15 personas muertas y cinco heridos.

En Veracruz la violencia no para –a pesar de que es una entidad gobernada por Morena–, pues en Coatzacoalcos, el 27 de agosto, dentro del Bar Caballo Blanco, un grupo de sicarios atacó a los ahí presentes, para al final prenderle fuego al lugar. El resultado de esa afrenta fue desgarrador, 30 personas murieron.

El mismo mes de agosto, en Uruapan, Michoacán, una disputa entre grupos criminales — presuntamente el Cártel Jalisco Nueva Generación y “Los Viagras”– dejó 19 personas asesinadas.  

Un operativo fallido en Culiacán, Sinaloa, mismo en el que se capturó y liberó a Ovidio Guzmán López (hijo de “El Chapo y cabecilla del Cártel de Sinaloa), demostró que los grupos criminales tienen el potencial de doblegar al Estado, sobre todo si éste se muestra incompetente para contenerlos.

Y el capítulo oscuro más reciente sucedió el lunes 4 de noviembre, entre los estados de Sonora y Chihuahua, cuando un  convoy de camionetas fue interceptado por un grupo armado, mismo que aniquiló a nueve niños y tres mujeres; entre los que había miembros de la familia LeBarón y Langford. 

Los casos antes mencionados son solo una muestra de la ineficacia de las autoridades, tanto federales como locales, para combatir al crimen organizado, en la mayoría los responsables no han sido detenidos, aunque la sangre que se ha derramado es mucha. 

Con información de Contrapeso Ciudadano