Recuerda Fernando Valenzuela su vida antes de saltar al estrellato en el beisbol

El famoso “Toro” habló sobre su niñez, adolescencia y del paso que tuvo en el beisbol amateur y profesional en el marco del Día Estatal del Jornalero Agrícola

Hermosillo, Sonora, 29 de noviembre del 2018 (CODESON).- El legendario lanzador ex ligamayorista sonorense, Fernando Valenzuela, recordó su vida antes, durante y después de brillar en las Grandes Ligas, este en el encuentro que sostuvo en el marco del Día Estatal del Jornalero Agrícola.

El “Toro”, que lograra una ilustre carrera en el mejor beisbol del mundo y causó la “Fernandomanía” en la década de los ochenta con los Dodgers de Los Ángeles, compartió vivencias junto a cientos de trabajadores agrícolas de todas las edades y jóvenes peloteros sonorenses.

Valenzuela Anguamea habló de cómo vivió la niñez en Etchohuaquila y remembró cuando siendo un adolescente laboró al lado de sus seres queridos en la siembra de trigo, maíz y garbanzo, que cosechaban para sustentar los gastos de una familia integrada por 12 hijos.

“Me siento orgullo de mis raíces… de haber trabajado en las cosechas, en donde crecí y empecé a hacerlo para vislumbrar mi futuro. Es algo que no se olvida y una gran experiencia al lado de mis hermanos y padres, siempre siendo una familia unida con los valores principales de ayudarse unos a otros”, comentó el zurdo que jugó 17 temporadas en la Gran Carpa.

Al lado del “Toro” estuvo Iris Sánchez Chiu, secretaria general del Sindicato de Trabajadores Agrícolas “Salvador Alvarado” y organizadora del evento, acompañada por el director general de la Comisión del Deporte del Estado de Sonora, Genaro Enríquez, quienes portaron una jersey de beisbol con el lema “Jornaleros”.

Usando el número 34, el cual trajo en la espalda en toda su carrera ligamayorista entre 1980 y 1997, Valenzuela se dirigió a un público ávido de escuchar el principio de una historia de éxito del hijo menor de una familia humilde de Etchohuaquila, y que tiempo después deslumbrara al mundo por su habilidad al subirse a la lomita.

“A los 13 años me empezó a llamar la atención el beisbol pero no me dejaban pichar (risas) mis hermanos, por ser el más pequeño de todos, entonces me mandaban al jardín derecho porque ahí casi no iban bolas. Pero en mi mente siempre anhelé ser lanzador”, agregó el ahora comentarista en radio de los Dodgers de Los Ángeles, actuales campeones de la Liga Nacional.

Recordó que a los 16 años firmó su primer contrato profesional para jugar en la Liga Central y posteriormente incursión a la Liga Mexicana de Beisbol y a la del Pacífico (LMP) antes de debutar en las Grandes Ligas con los Dodgers de Los Ángeles a finales de la campaña de 1980.

Además relató la manera en que aprendió a tirar el “tirabuzón”, lanzamiento que le dio grandes satisfacciones al año siguiente (1981) pues lo llevó a ganar los premios Cy Young y Novato del Año, para convertirse en el primero en hacer tal hazaña en las Ligas Mayores.

El “Toro” dio un mensaje a las nuevas generaciones a las que recomendó seguir estudiando pues en el beisbol “pierden o ganan” y con la educación siempre serán  vencedores dentro de la vida.

“Es importante la preparación para el futuro, aprovechen los estudios al máximo y el esfuerzo de sus padres para que tengan educación; no hay que rendirse sigan siempre adelante, eso es parte fundamental del éxito”, agregó el sonorense que dejó números ligamayoristas de 173-153 en ganados y perdidos y efectividad de 3.54 lanzando  mayormente con los Dodgers (1980-1990) y luego lo hizo para Angelinos, Orioles, Filis, Padres y Cardenales.

Valenzuela mencionó que personalmente tiene dos momentos memorables en su carrera en las Grandes Ligas: el juego inaugural de 1981 cuando venció a los Astros de Houston por blanqueada de 2-0, y el otro fue ese mismo año al ganar el juego tres de la Serie Mundial a los Yanquis (5-4) para enfilar a los Dodgers a coronarse campeones de las Grandes Ligas.

“También recuerdo como algo especial la primera vez que mis padres se animaron a asistir a verme lanzar en un juego en el Dodger Stadium, eso fue en 1988; pero tiempo después vinieron situaciones duras, las más difíciles de mi carrera, ya que luego murió mi papá y sufrí una lesión que no me dejó terminar esa temporada”, mencionó.

Actualmente el legendario serpentinero –de 58 años de edad- es propietario de los Tigres de Quintana Roo, desde donde está apoyando a las nuevas generaciones con una Academia que funciona en Hermosillo en los campos de la Unison, pues sabe que ellos son el futuro de México y del beisbol en el país.